Banda de Música La Cistérniga

Directamente desde el cielo: El origen de la palabra ‘música’

La inflluencia griega y grecolatina en nuestras artes y letras es evidente y ha sido objeto de multitud de

Por M.ª Luisa Amor Matilla. Miembro de la BMC. Clarinete

Una obra de arte debe satisfacer a todas las musas. Es lo que yo llamo la prueba del nueve.” Jean Cocteau

La palabra música procede de la expresión latina ars musicae, que es a su vez un préstamo del griego mousiké techne, que quiere decir ‘arte de las musas’.

Según la mitología griega, las nueve musas nacieron en otras tantas noches consecutivas de amor entre Zeus y Mnemosyne (Memoria), hija de Urano y Gea.

Vivían en el Olimpo y eran lideradas por Apolo, dios de la música y de la profecía. Pasaban el tiempo cantando y bailando en los banquetes de los dioses.

Figura : Apolo y las nueve musas (Baldasare Peruzzi)

Las musas son divinidades femeninas que, según la creencia antigua, inspiraban las letras, las artes y las ciencias. Eran la fuente del conocimiento, plasmado en la poesía, los cantos y los mitos de la cultura griega. Por ello, fueron consideradas como la personificación de las artes literarias, la música y las artes visuales, supervisando cada una de ellas un aspecto particular de las artes.

De la estrecha relación existente en la antigua Grecia entre la música, la poesía y la danza puede inferirse que una de las ocupaciones de las musas era el baile.

Calíope, la de la bella voz

Musa de la elocuencia y de la poesía épica.

Es la mayor de las musas por lo que preside el coro y, como muestra de supremacía, se representa con una corona de oro.

Además, suele aparecer con un libro de poemas, una tablilla y una trompeta en la mano.

Clío, la que ofrece gloria

Es la musa de la historia.

En representaciones clásicas aparece con una corona de laureles, que simboliza la gloria, un libro o pergamino en la mano izquierda (símbolo del conocimiento) y una trompeta en la mano derecha. A los pies, un cisne y una caja para guardar los pergaminos. A veces, aparece con una guitarra en la mano y un plectro en la otra, pues se le considera la inventora de la guitarra.

Erato, la amable

Musa del arte lírico de la poesía, especialmente amorosa o erótica.

Se representa con una corona de laurel, portando un phormix (instrumento griego de dos a siete cuerdas, similar a la lira o cítara, con una caja de resonancia en forma de media luna).

A partir del Renacimiento se representó con una corona de mirto y rosas.

Se la relaciona con el dios Eros, dios de la atracción sexual y el amor. Ambas divinidades comparten la misma raíz del nombre, por lo que es común representarla en compañía de este dios, portando una de las flechas de oro del carcaj (bolso en forma de tubo para portar las fechas) de esta divinidad.

Euterpe, la muy placentera o de buen ánimo

Gobierna la ciencia de los sonidos. Es la musa de la música, especialmente de la flauta. Protectora de los intérpretes y señora de la canción.

Se representa con corona de flores en la cabeza y portando un aulos (semejante a la flauta doble) de la que se considera su inventora.

Se la representa también con otros instrumentos musicales como violines, guitarras o tambores, ya que gobierna la ciencia de los sonidos.

Melpómene, la melodiosa

En sus orígenes era la musa del canto y la armonía musical, pero posteriormente fue de la tragedia.

Representada con una diadema en la cabeza y ricos vestidos, con un aspecto grave y mirada severa, portando la máscara trágica y calzada con coturnos (sandalias de suela de corcho y tiras de cuero).

En ocasiones se representa con una corona, una maza (símbolo del genio y la imaginación para generar una obra de teatro trágica), un cuchillo ensangrentado y la máscara de la tragedia.

Polimnia, la de muchos himnos

Musa de la pantomima y del arte mímico.

Algunas tradiciones la consideran la inventora de la agricultura (representándola con los instrumentos y herramientas comunes de esta actividad y algún producto de la cosecha), de la lira y de la armonía.

Generalmente se representa recostada o apoyando el codo sobre un pedestal, en actitud pensativa, con un vestido blanco o con un dedo en la boca.

Talía, la festiva

Musa del teatro que inspira la comedia y la poesía bucólica o pastoril.

Suele representarse como una mujer joven, risueña, con gesto vivaracho y burlón, portando en la mano la máscara de la comedia, un pergamino y un instrumento musical, una viola.

A veces aparece, con una corona de hiedra en la cabeza, como símbolo de la inmortalidad.

Terpsícore, la que deleita en la danza

Musa de la danza, siendo ésta el resultado de la observación de la naturaleza y su movimiento rítmico.

Acostumbra a representarse como una joven esbelta, jovial y en movimiento.

Su corona está formada por guirnaldas de flores, con un instrumento musical de cuerda, una viola o una lira, entre sus manos.

Urania, la celestial

Musa de la astronomía y de la astrología.

Es la menor de las musas y se la representa vestida de azul (el color de la bóveda celeste) y coronada con una diadema formada por un grupo de estrellas.

Entre sus manos tiene un globo terráqueo y un compás con el que realizar mediciones.

En ocasiones aparecen instrumentos musicales y de matemáticas a sus pies, por lo que se la considera musa de las matemáticas y de todas las ciencias exactas.

Algo más sobre la música en la antigua Grecia y las musas

En la antigua Grecia la música y las musas se tenían en gran estima. Consideraban a la música de origen divino, ligada a la mitología y dotada de cualidades mágicas.

Era fundamental en las ceremonias religiosas y en las festividades, pero también se tocaba en los hogares, en los teatros, acompañando a los atletas, proporcionando ritmo durante los entrenamientos militares, acompañando a las actividades agrícolas y era un elemento importante en la educación de los niños.

Temístocles, político y general ateniense, consideraba que su educación estaba incompleta porque no sabía tocar la khitara.

En todo el mundo antiguo se celebraban festivales y concursos musicales en honor a las musas. Las escuelas filosóficas llevaban su nombre: la mouseia.

En el arte, las musas son representadas como bellas jóvenes, acompañadas con instrumentos musicales (flautas, cítaras, trompetas, etc.).

El mito de las musas relata que eran jóvenes que descendían a la tierra para susurrar ideas creativas al oído de los mortales. Si estos eran capaces de escuchar esos consejos, producían obras maravillosas que despertaban la admiración. Quienes no eran visitados por las musas, no tenían capacidad de crear nada.

En el arte, las musas han sido representadas como bellas jóvenes. Sus ropajes, peinados, símbolos e instrumentos musicales que las acompañan han ido evolucionando desde los tiempos de la Grecia clásica (como se ve en las esculturas, bajorrelieves, cerámicas, etc.) hasta el Renacimiento (en pinturas y esculturas) o el Barroco.

Pero la esencia permanece: la musa es la representación de un arte o conocimiento, pero no de una manera exclusiva y excluyente. Al contrario, música, baile y canto son actividades comunes a todas las musas. Y como se ha indicado en este texto y con las imágenes aportadas los instrumentos musicales aparecen como complementos que acompañan a todas las musas, no sólo a Euterpe, como propiciadora de la música.

La Cistérniga (Valladolid), enero, 2024.

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