Segunda entrega de esta serie de artículos en la que desde este sencillo y a la vez ambicioso título genérico (la música), Eliseo Núñez Jato nos acerca con una mirada transversal a este arte y su interpretación. Como se verá, con el rigor y pormenor histórico del que hace gala su autor en toda la serie, el lector se sumergirá de un modo original y sugerente en diversos aspectos que denotan cómo la música ha estado y está presente en diferentes contextos y épocas de la historia.

Por Eliseo Núñez Jato. Gran aficionado a la música y seguidor ilustre de la BMC

Vittore Carpaccio (1460-1525), veneciano, pertenece a su producción un ejemplo de orientalismo, de moda en la pintura veneciana de la época, como el cuadro de la Fig. 1. La representación pictórica puede tener tintes del imaginario del periodo en el que vivió el pintor. La realidad era que en el momento que vivió Carppacio la República de Venecia tenía posesiones en Chipre, Creta y la península del Peloponeso, muy cerca del Imperio Otomano. Por lo tanto, la información sobre ropajes, instrumentos musicales, modos de vida orientales, podían ser perfectamente conocidos en el Occidente de la época.

Si se comparan los instrumentistas del cuadro con los que existen actualmente (Fig. 2), se aprecia una diferencia en el uso de partituras. No quiere decir que en aquella época no existiera la posibilidad de escribir la música.

Algunos de los músicos de la Fig. 1 tocan instrumentos aerófonos, esos instrumentos tienen cierta similitud con los Sheh’nai hindúes (Fig. 3).

El Sheh’nai hindú era un instrumento que se utilizaba para tocar en las bodas. Habitualmente era de madera. En la Fig. 1 la zona acampanada del instrumento era más grande que la que aparece en la Fig. 3. No cabe duda de que la evolución de los instrumentos es constante y forma parte de la historia.

El conocimiento intercultural de aquella época era amplio. En la época mencionada el papel de intermediario de la República de Venecia le permitió ejercer un control de los intercambios comerciales europeos con Oriente Próximo. En muchas ocasiones los musulmanes de la cuenca mediterránea recurrían a Venecia como mediador comercial con el resto de Europa.