Desde este sencillo y a la vez ambicioso título genérico (la música), Eliseo Núñez Jato nos acerca con una mirada transversal a este arte y su interpretación. Como se verá, con el rigor y pormenor histórico del que hace gala su autor en toda la serie de artículos, el lector se sumergirá de un modo original y sugerente en diversos aspectos que denotan cómo la música ha estado y está presente en diferentes contextos y épocas de la historia.
Por Eliseo Núñez Jato. Gran aficionado a la música y seguidor ilustre de la BMC
No hay mejor escuela que la observación que se puede hacer de la historia. Con el Renacimiento, entre los siglos XV y XVI, se introduce la belleza en la escultura y en la pintura; sería poco generoso si no se dedicaran algunos párrafos a la música.
Es poco probable que en aquella época hubiera otro medio tan detallista, que no fuera la pintura, para hacernos llegar las formas de los instrumentos musicales de una época. En las portadas de los templos cristianos aparecen instrumentos musicales, en ocasiones el deterioro hace difícil poder apreciar los detalles.
En un cuadro (Fig. 1) atribuido a Cosmè Tura o Cosimo Tura (Ferrara, 1430-1495), titulado «La Virgen con el Niño y los ángeles músicos», se representan estructuras arquitectónicas y personajes con vestimentas cuyos coloridos son muy característicos del periodo que vivió el artista. Los ángeles no van vestidos de color blanco, pero sí van nimbados. En cuatro de ellos se aprecia el nimbo, en los que están al lado del órgano el nimbo no está tan marcado.
El color azul va asociado a la espiritualidad (Fig. 1), la Virgen es portadora de este color en muchas representaciones tales como las que aparecen en el «Libro de Horas de Ana de Bretaña» (siglo XVI). También es cierto que desde el siglo XII hasta comienzos del siglo XV aparece el color azul en escudos heráldicos europeos. El colorido en las pinturas tiene una notable trascendencia.
La ostentación y la magnificencia del cuadro no se caracterizan exclusivamente por la importancia de la escena representada desde el punto de vista religioso. Se debe tener en cuenta la música que acompaña el momento.
Los grandes eventos siempre están ligados a la música: desfiles militares, coronación de reyes, representaciones operísticas, celebraciones señaladas, etc.
La clasificación de los instrumentos musicales se apoya en la forma de la generación del sonido. En la representación pictórica se destaca instrumentos cordófonos (Fig. 2) e instrumentos aerófonos (Fig. 3).
Los instrumentos de cuerda del cuadro pueden asociarse unos a laúdes y otros a violas sostenidas en brazo. Tal vez, por la pequeña cantidad de cuerdas, cada una de las violas mencionadas podrían asociarse a un «Rebec». Las laúdes son instrumentos muy propicios para acompañar a la voz humana. En la Fig. 2, el ángel que toca el laúd tiene la boca un poco entreabierta, tal vez el artista quiera transmitir que el momento va acompañado de alguna canción.
Los Rebec de la escena, con cuerdas frotadas con arco curvado, han evolucionado a otros instrumentos en la actualidad. El clavijero curvado hacia delante muestra un instrumento que tal vez estaba evolucionando entre la Edad Media y el Renacimiento.
Resulta extraordinario comprobar que el ángel de la izquierda apoya el laúd mientras que el de la derecha no.
No se puede hablar de que para una excelente ejecución musical no se necesite apoyar un instrumento, todo lo contrario, el músico solo debe estar pendiente de la música.
Por lo tanto, puede ser que la disposición de los músicos en el cuadro obedezca a criterios pictóricos, un director de orquesta, tal vez, tendría otra opinión en cuanto a la colocación.
El último instrumento que aparece en el cuadro es un órgano de pequeñas dimensiones (Fig. 3). Algo que resalta la imagen es que los personajes no tienen nimbos tan marcados como el resto de personajes del cuadro.
El órgano desempeñó un papel central en la música religiosa a partir de los periodos del Barroco y el Neoclásico.
En el ángel de la derecha se puede imaginar que está accionando algún tipo de fuelle para impulsar aire hacia el interior del órgano. Mirando hacia los pies del ángel de la izquierda no se aprecia ningún tipo de pedal.
Con el órgano se consigue una gran variedad de tonos de diferentes instrumentos. Cualquier composición que se tocara podría tener una reproducción con una buena variedad de instrumentos y, por lo tanto, expresar con suficiente intensidad lo que el compositor quisiera transmitir.